La UD Pilas escribió ayer una nueva página de su ya larga historia. Pero no fue una página cualquiera. No se trató de un logro deportivo sino de algo mucho más importante: fuimos protagonistas de la ilusión de todo el pueblo, formando parte de la magnífica Cabalgata de Reyes que cada año nos regala el Ateneo Cultural Pileño.

De este modo, pudimos demostrar que la UD Pilas no es sólo un club deportivo, sino algo más: formamos parte del tejido conjuntivo que constituye este pueblo llamado Pilas y nos sentimos implicados en todas y cada una de las áreas que constituyen su entramado social. No vamos a negar que nos gustaría tener más socios, que hubiera más gente en los partidos, manejar un presupuesto mayor para poder compensar económicamente el tremendo esfuerzo que hacen los jugadores… Pero mientras todo eso llega, nosotros seguiremos trabajando para ofrecer a nuestros jóvenes la oportunidad de practicar deporte  de la manera más digna posible, ayudándoles en su formación y ofreciéndoles un modelo de compromiso, respeto y vida sana. Y por supuesto, para que los aficionados, esos que siempre nos apoyan, los que sufren y se alegran con nuestras derrotas y victorias, se sientan identificados con sus colores y permanezcan siempre a nuestro lado, permitiendo que la existencia del club siga siendo posible.

Por eso, nuestro agradecimiento es inmenso hacia todos aquellos que han hecho posible que este sueño se hiciera realidad: al Ateneo Cultural Pileño, a nuestra Junta Directiva y, muy especialmente a los padres de los niños y niñas que lucieron orgullosos nuestros colores, a los pies del escudo del club. El 5 de enero de 2016 ya ha entrado por derecho propio en la historia de la UD Pilas.